Hablando sobre personas que se identifican con un género otro que el de mujer u hombre

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Hablando sobre personas que se identifican con un género otro que el de mujer u hombre

por Araguaney Rodriguez Da Silva

Género fluido, cuir y neutro en Español: ¿Cómo incluir a toda nuestra comunidad en nuestras conversaciones?


¿Qué es el género?

El género es la etiqueta que usamos para describir cómo nos identificamos. Los doctores usualmente asumen el género de un bebé de acuerdo a los genitales del mismo—a esto lo llamamos género asignado al nacer. Desafortunadamente, ésta práctica mantiene la creencia de que el género es dictado por los genitales, cuando realmente es una identidad aparte de las características físicas de una persona. Usualmente, el género asignado al nacer es el género con el que el bebé, y luego adulto, se identifica—éstas personas son cisgénero, hombres cis y mujeres cis. Sin embargo, eso no es una experiencia universal—habemos muchos los cuales no nos identificamos con el género que nos han asignado al nacer, irrespectivamente de nuestros genitales. La mayoría de estas personas nos identificamos como personas transgénero—mujeres trans u hombres trans.

Hay personas que también se identifican como transexual, similar a las personas transgénero. Hoy en día, muchos jóvenes consideran el término “transexual” un término anticuado que aún ata la identidad del género con los genitales de la persona. Al mismo tiempo, si esta es la identidad que usa una persona, entonces es nuestro deber respetarla.

¿Qué es el género cuir, fluido, neutro?

Los géneros cuir, fluidos y neutros son considerados géneros bajo la clasificación transgénero. Cada uno de estos géneros puede significar algo diferente para cada persona, pero en términos de lenguaje y pronombres, tienden a ser similares—muchas de las personas que se identifican con ellos en inglés tienden a usar pronombres neutros. En español, los pronombres neutros no existen de manera oficial, pero tranqui que más abajo hablaremos de las opciones que podemos usar para incluir a todos en nuestras conversaciones.

La idea de un género neutro no es nueva, incluso cuando muchos de nosotros nunca hemos escuchado de ella. Comunidades indígenas alrededor del mundo tienen palabras y lenguaje para géneros que van más allá de mujer u hombre. Por ejemplo, en mi tierra, lo que es actualmente Venezuela, la comunidad indígena de los Warao en el Delta del Orinoco, tienen el término tida-wina para personas que tienen lo que los doctores consideran anatomía masculina y que se identifican más con una identidad femenina. Sin embargo, el idioma español moderno no se presta fácilmente a una idea flexible del género, reforzando la idea de que el género es una identidad binaria (es decir, que sólo hay dos: hombre y mujer) y con ella la idea de que nadie se identifica de manera diferente. Pero eso no es el caso, muchos de nosotros (y me incluyo a mí, como persona de género fluido) no nos identificamos con el género de hombre o mujer, y hay otras personas que se identifican con más de un género, por lo tanto necesitamos hablar sobre qué lenguaje está a nuestra disposición para asegurarnos de que tratamos a todos aquellos que conocemos con dignidad y respeto, sea cual sea su género.

¿Qué son los pronombres personales?

Los pronombres personales son simplemente las palabras que usamos para hablar sobre alguien sin usar su nombre, por ejemplo: él, ella, ellos. Por comodidad y abreviación, me referiré en éste ensayo a los pronombres personales simplemente como ‘pronombres.’

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¿Cómo dirigirse a las personas que se identifican como género neutro?

Antes de comenzar, quiero aclarar que entre las personas transgénero y de género fluido, muchas deciden usar pronombres binarios (él o ella) por una variedad de motivos, entre ellos para evitar conversaciones que puedan terminar en violencia. Ésto no cambia el hecho de que se identifican como género fluido o tercer género—no le quita validez a su género, sea cual sea.

Ahora, hablemos de las personas que deciden que los pronombres binarios no son los adecuados. En éste caso, tenemos tres opciones:

1. Latine/Latinx

En favor de crear términos de género neutro, hispanohablantes trans (y sus aliados) han creado la práctica de sustituir las vocales al final de las palabras con la letra “e” o “x.” Aquí una explicación de cada opción:

Latinx: se pronuncia “latinex” o “latinix.” La equis funciona como sufijo neutro, y sustituye el símbolo arroba (@) que se usó como sufijo neutro en el pasado. Por ejemplo, “mi amigo Dani es muy buena persona” se convierte en “mi amigx Dani es muy buena persona.”

Latine: similar a Latinx, la vocal al final de la palabra es sustituida por la letra “e.” Ésta práctica es un poco más nueva pero lentamente ha estado ganando más apoyo que la versión anterior (Latinx) debido a que su pronunciación es más intuitiva y tiene potencial para mayor uso. Ésta práctica hace uso del hecho de que ya hay palabras en español de género neutro que terminan en “e,” por ejemplo “estudiante,” “paciente,” e “hispanohablante;” y también crea nuevas posibilidades para los pronombres disponibles en español, lo cual hace su futura inclusión formal en el lenguaje español muchísimo más posible que “Latinx.” Con ésta estrategia, “ele” y “elle” pueden ser usados en lugar de “ella” o “él” dependiendo de la preferencia de la persona. “Vosotro/as” puede ser “vosotres” y “ustedes” queda intacto, ya usando la “e” que no asigna género.

2. Usar “persona” como punto de referencia para los adjetivos y verbos reflexivos

Para aquellos que se sienten incómodos practicando la primera opción, pueden evitar usar lenguaje que le asigne un género binario a alguien usando la palabra “persona” como punto de referencia en su conversación. Por ejemplo, “Dani es el chamo que está parado allá” se convierte en “Dani es la persona que está parada allá, que tiene puesta una chaqueta negra.” Un ejemplo más, por si acaso: “Dani es muy cariñoso” se convierte en “Dani es una persona muy cariñosa.”

3. Evitar en lo posible de usar adjetivos y verbos reflexivos

Ésta última opción realmente no es muy flexible o práctica, pero puede ser usada por profesionales que quieren evitar asignar un género a alguna persona a la que le estén prestando servicios. Por ejemplo, la frase “hola señorita, bienvenida a la oficina, por favor tome asiento” puede ser substituida por “buenas tardes, gracias por venir, por favor tome asiento.”

Ahora, quedemos claros de que introducir prácticas nuevas a nuestro idioma puede ser incómodo, e incluso difícil, para muchas personas. Para muchos puede ser frustrante al inicio, como cualquier habilidad nueva lo es, pero es importante recordar—y enfocarnos—en la razón de nuestro esfuerzo: no es la perfección, sino las ganas de tener un lenguaje que honre la identidad de todos, y que se adapte y celebre la diversidad de nuestra comunidad, en vez de ignorarla en favor de la comodidad.

Evidentemente, el idioma español tiene capacidad para extenderse e incluirnos a todos, sin importar nuestro género. La responsabilidad de que ésto se ponga en práctica queda entonces en nuestras manos, y depende de nuestro interés en crear un lenguaje que sea más justo y exacto. Por mi parte, yo quiero utilizar mis palabras para describir el mundo y las personas tal cual son en todos sus maravillosos detalles, por lo tanto me comprometo a utilizar las palabras que mejor les describen—incluyendo palabras nuevas que espero en el futuro sean parte cotidiana de nuestro idioma, igual que las palabras y las expresiones que a lo largo de los años hemos adoptado de otros idiomas para enriquecer el nuestro.


Araguaney is a non-binary Venezuelan migrant currently living in Portland, Oregon. They are a sexual health, reproductive and racial justice educator and facilitator. You can always find them with their dog and baked snacks in tow.

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